El
Laboratorio de Tecnología y Desarrollo fue el primero de CERELA
y funciona desde la creación del Centro, año 1976. Inició sus
actividades con el aislamiento de bacterias lácticas a partir
de diversos productos y nichos ecológicos de la región Noroeste,
muchos de ellos ya inexistentes. Los microorganismos aislados
e identificados mediante taxonomía clásica constituyeron la
base de la colección de cultivos de CERELA, única en su tipo
en Latinoamérica, que constituye un recurso genético de incalculable
valor y un ejemplo de la conservación de la biodiversidad ex
situ.
En la actualidad los estudios fisiológicos y moleculares están
orientados a evaluar la potencialidad tecnológica y probiótica
de las cepas lácticas como factores de innovación en el desarrollo
de alimentos novedosos para consumo humano (lácteos, cárnicos,
cereales y leguminosas, azucarados, productos de panificación,
etc) y animal (mascotas), o bien para su empleo como bio-conservadores
de alimentos no fermentados utilizando la capacidad de algunas
cepas productoras de sustancias antiTecnológicas. Otro aspecto
de interés es la producción de biomoléculas funcionales como
vitaminas, enzimas y péptidos con actividad biológica resultantes
del metabolismo bacteriano. Estos compuestos -llamados nutraceúticos-
y las cepas con efecto probiótico son evaluados en estudios
in vitro e in vivo, usando modelos experimentales estandarizados
a fin de corroborar los potenciales efectos benéficos.
Las actividades científicas y académicas estuvieron siempre
orientadas a la Formación de Recursos Humanos, avalada por numerosas
Tesis Doctorales. Algunos becarios formados en el ámbito del
laboratorio se encuentran hoy desarrollando sus actividades
en la industria o en el exterior.
Algunos de los estudios realizados se concretaron en transferencias
exitosas incorporadas al mercado nacional como Cultivos Bioprotectores
para Productos Cárnicos, comercializados por la Empresa CGM
Aditivos Argentinos S.A. y Fermentos regionales “ActioFerm”
para distintos tipos de quesos, comercializados por Tecnovinc
S.A. Un cultivo probiótico productor de vitamina B12 dio origen
a una patente de invención (No p040103130).
En el año 2003, la presentación del proyecto “Diseño de un alimento
funcional de soja fermentado con bacterias lácticas probióticas”
le valió al grupo de trabajo el Premio Dupont-Conicet, por primera
vez otorgado al área de alimentos.
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